Autor: Luis Miguel Muñoz
Editorial: Ediciones Atlantis
Páginas: 433
ISBN: 978-84-15449-70-6
Encuadernación: Rústica con solapas
Sinopsis: Con
tinta de calamar es una divertida colección de relatos que se pueden leer
en apenas unos minutos –en el Metro o en el autobús-, o bien pasar una
deliciosa tarde al sol o al calor de la chimenea. Con un estilo actual, fresco
y ágil, las diferentes historias de Luis Miguel Muñoz se leen con facilidad y,
aunque en la mayoría de ellas aparecen pequeñas gotas de humor, también deja en
ciertos momentos un regusto a veces ácido, a veces amargo, que nos hace
reflexionar sobre los grandes temas universales: la muerte y la vida, el sexo y
el seso, el amor y el humor.
58 relatos agrupados en seis capítulos: Encriptados (en la cripta, relatos de misterio y muerte), Espejismos (la realidad en el espejo,
relatos oníricos, delirios surrealistas, viajes), Asignados (seis signos del zodíaco), Estampados (estampas, fotos, cromos), Enredados (relatos de amor, sexo y seducción en Internet) y El juego de la llama (acerca la mano al
fuego del amor sin quemarte).
Entra, lector, en este universo particular que nos propone el
autor en sus relatos, donde la realidad se confunde con la fantasía para acabar
sorprendiéndonos con unos finales que poco puedes esperarte.
Mi opinión: Voy a dividir esta reseña en seis
partes, coincidiendo con los capítulos en los que se agrupan los relatos de
esta novela. Esta no va a ser una reseña convencional, ya que son muchas
historias dentro de un libro intentaré hacer una reseña general de cada
capítulo.
Encriptados: Relatos de misterio y muerte.
En estos relatos se puede ver una gran influencia de Edgar
Allan Poe, tanto por el estilo de la escritura como por la temática. De hecho,
encontraremos un guiño al famoso poema “El cuervo” en el relato Nunca más.
Y el cuervo dijo: nunca
más.
Este es el capítulo que más me ha gustado, ya que me encanta
Poe y el estilo del autor me ha recordado mucho a él.
Espejismos: La realidad en el espejo, relatos oníricos,
delirios surrealistas, viajes.
Este es quizás el capítulo más extraño de los seis. En él
podemos encontrar desde descripciones con ritmo y rima muy elaboradas y con un toque
de humor, hasta escritura que recuerda al dadaísmo, pasando por sátiras que
dejan ver lo gracioso de las cosas, pero que también esconden una parte de
crítica oculta.
Asignados: Los signos del zodíaco.
Estos son seis relatos que se titulan Acuario, Cáncer, Escorpio, Géminis, Tauro y Piscis. Todos ellos están relacionados
con el signo del zodíaco que les da nombre, y van desde el relato más gracioso
y humorístico hasta el más tétrico y macabro. Es el capítulo más breve.
Estampados: Estampas, fotos, cromos.
Este capítulo también me ha gustado bastante, ya que algunos
de los relatos son muy bonitos: tienen ese realismo que siempre los hace más
cercanos a nosotros, mezclado con unas ideas un tanto abstractas, que le dan el
toque surrealista. Podremos ver que algunas de las historias se entrelazan con
relatos anteriores, apareciendo personajes del capítulo Asignados. Todos estos relatos tienen algún sentimiento oculto, ya
sea bueno o malo.
Enredados: Relatos de amor, sexo y seducción en Internet.
El capítulo que menos me ha gustado. ¿Por qué? Porque todos
se parecen muchísimo en la estructura de la historia, parece que lees el mismo
relato diez veces. No tengo nada más que decir de este capítulo, la temática
está muy bien resumida en el título.
El juego de la llama: Acerca la mano al fuego del amor sin
quemarte.
Se trata de relatos muy similares a los anteriores, entre los
que se intercala alguno bastante más surrealista, pero todos de temática
romántica. En este capítulo aparece el relato en el que aparece el origen del
título del libro, y es Cita a ciegas.
Agradecimientos a Ediciones Atlantis por el ejemplar